lunes, 17 de marzo de 2014

Soy un ser creado por malas experiencias, por seres humanos que no han sido humanos nunca y están dominados por el egoísmo y la maldad y que inventan y disfrutan con el fin de dañar a los de su alrededor. Esos seres resentidos sin vida que si ellos no la tienen o no encuentran su razón de ser tampoco quieren que sea de los demás. Objeto de insulto en aquella aula número a del pasillo de segundo donde se me juzgaba por tener unos kilos de más, donde se me hundía hasta el punto en el que yo misma me despreciaba y odiaba lo que era en aquellos días. Me perdí en el camino de la felicidad y me desvié por el mal atajo por el que no debería haber tirado jamás , por ese camino sin fin para tus pies sin una cabeza consciente que los pudiera guiar, por una cabeza absorbida por la cruel sociedad, mi mente era la única herramienta que debía cuidar y manejar para salir de aquel constante lamento por mi existencia y mi herramienta estaba oxidada y sin intenciones de ser manejada en buenas condiciones. Mi vida se basaba en un constante pensamiento de cada alimento que yo ingería en mi asqueroso cuerpo que veía todos los días y que me hacía llorar cada vez que tenía encuentro con algún maldito espejo; se basaba en el engaño de un largo y verdadero amor de 1460 días de primavera que decaerían con la llegada del triste otoño y eso ayudaba aún menos con aquella situación. Y el me dejó sola , pérdida y en la última escala de los colores en el que termina el arcoiris. Aprendí que  la fe en Dios es solo una excusa que tienen las personas infelices para así sentirse bien creyendo en un cielo que no ha existido jamás, comprendí que encontrar al amor de tu vida no es tan fácil como te lo pintan fuera, que no quiero ningún príncipe azul calzonazos que simplemente lo que necesitamos es alguien que nos altere los sentidos y nos haga estar en llamas cuando estemos sobre un frío y frágil pedazo de todo lo que nos ha dañado convirtiéndolo en algo transparente e inexistente,  fundirte con su cuerpo y que las miradas actúen por sí solas. Ahora en cambio ya no soy ningún objeto de insulto, ahora me siento como un objeto utilizado por hombres que nunca me quisieron como yo los quise a ellos, teniendo aún así siempre como prioridad el amor. Ahora soy una persona infeliz con momentos felices y con no tan buenos momentos que me hacen crecer y tratar a las personas honradas y a las que quiero como merecen. Ahora vuelvo a cantar cuando estoy en la ducha, ahora vuelvo a mirarme al espejo y vuelvo a acariciar los poros de mi cuerpo mientras sonrío al ver cada uno de mis lunares pensando que algún día todo aquello será de alguien. Salgo con ilusión a la calle, cada uno de mis pasos es agradecido y disfruto de la brisa y me fijo en las pequeñas y bonitas cosas que tiene la vida como el simple movimiento de las nubes claras sobre el cielo azul mientras respiras hondo pensando en lo bueno que tienes y no en lo malo, haciendo grandes las pequeñas cosas.

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